Secuelas accidente trafico

¿Cómo podemos ayudar después de un accidente de circulación?
APOYO PSICOLÓGICO A PERSONAS QUE HAN SUFRIDO UN ACCIDENTE DE TRÁFICO, DOÑA ANA PRADO, PSICÓLOGA.
La importancia de la actuación de los profesionales de la psicología en relación a las víctimas de accidentes de tráfico tiene que ver, por un lado, con el proceso de valoración pericial de los daños o secuelas psicológicas derivadas del accidente. Pero más allá de este proceso de evaluación y valoración, que fundamentalmente está relacionado con el proceso legal que en muchas ocasiones va asociado a estas experiencias traumáticas, la importancia de la actuación de estos profesionales tiene que ver con el ámbito de la intervención psicológica, con el apoyo psicológico y emocional que se ha de prestar a las víctimas y a sus familias para conseguir su completa recuperación.
Las consecuencias psicológicas que pueden desarrollar las víctimas de accidentes de tráfico pueden ser de mayor o menor gravedad, dependiendo de múltiples factores, tanto internos (habilidades de afrontamiento, personalidad y estado psicológico previo al accidente, etc.) como externos (gravedad de las secuelas físicas, fallecimiento de otras personas implicadas en el accidente, o de familiares y allegados, apoyo social y/o familiar recibido, etc.).
Entre las consecuencias más comunes podemos hablar del trastorno de estrés postraumático, caracterizado entre otros por los siguientes síntomas: respuestas intensas de miedo o temor, pesadillas, dificultades para conciliar y mantener el sueño, pensamientos y recuerdos recurrentes e intrusos relacionados con el acontecimiento traumático, malestar psicológico intenso al exponerse a situaciones u otros estímulos que recuerdan algún aspecto del accidente, activación fisiológica intensa asociada a estas situaciones, evitación de lugares, situaciones o personas que recuerdan o evocan el accidente, flashback o sensación de estar reviviendo el acontecimiento traumático.
También es frecuente que aparezcan síntomas relacionados con el estado de ánimo, pudiendo en algunos casos desarrollar un trastorno depresivo o distímico. La aparición de sentimientos de tristeza, vacío o desesperanza; la disminución en la realización de actividades gratificantes y el desinterés por las mismas; las dificultades para llevar a cabo actividades cotidianas y de mantenimiento de la rutina diaria; el distanciamiento de los demás y la restricción afectiva, son algunos de los síntomas que pueden aparecer y que suelen generar un malestar significativo en la persona.
Si el mantenimiento de esta sintomatología se alarga en el tiempo, pueden aparecer dificultades en las relaciones interpersonales, familiares o sociales, o dificultades laborales, entre otras problemáticas.
Contar con apoyo psicológico, tener la posibilidad de llevar a cabo una terapia encaminada a la superación de estos síntomas, puede resultar crucial para la recuperación de la persona. Del mismo modo, puede resultar fundamental que la familia cuente con orientación y apoyo a este nivel, con un doble objetivo: por un lado, favorecer el propio bienestar de los familiares y su recuperación, y por otro, que aprendan a desarrollar estrategias y pautas de actuación encaminadas al manejo de los síntomas que presenta la víctima directa del accidente de tráfico.
Doña Ana Prado
Psicóloga
colegiada M-16919
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